La vivienda es un área fundamental a cubrir a la hora de plantear el nivel de inserción de una persona. Cuando este espacio, necesario para el desarrollo personal, no existe con unas condiciones dignas, los factores de desestructuración y reincidencia se multiplican.

Desde ACOPE queremos poner a disposición de las mujeres con las que trabajamos, casas de acogida e itinerarios personales de inserción que recuperen las rutinas normalizadas, hábitos, habilidades caídas en desuso, etc..
Creemos que estos recursos, tanto a corto como a medio plazo, redundan en una mayor seguridad de las mujeres y derivan en una mejor competencia, para su re-adaptación y re-inmersión social.

Las mujeres que acceden a nuestras casas de acogida necesitan tener un lugar, un espacio privado y seguro y unas personas que crean en ellas y las acojan.

CON NUESTRO PROGRAMA RESIDENCIAL PROPONEMOS:

· Una intervención social basada en el acompañamiento y el pacto, que favorezca la desinstitucionalización, la autonomía y la reconstrucción del propio autoconcepto y de la responsabilidad.
· Un acompañamiento que contenga los factores de exclusión que han convertido a las mujeres en marginadas, excluidas y etiquetadas.
· Crear entornos seguros y contener la ansiedad que supone verse en la calle con pocas redes de protección social y poco conocimiento de los recursos y ayudas institucionales, que suponen un apoyo para mejorar su grado de inserción.
· Dar cobertura a mujeres que están en prisión y no tienen red social, ni familiar externa y requieren un aval institucional para poder salir de permisos, ya sea de 2º grado, 3º grado o libertad condicional.
· Facilitar un entorno cotidiano de libertad donde las mujeres puedan replantearse, poco a poco, sus posibilidades de futuro.

El trabajo de acompañamiento con las mujeres se realiza de forma diferenciada, según la clasificación penitenciaria que cada mujer tenga ( 2º grado, 3º grado o libertad condicional) La duración de los permisos, su frecuencia y, regularidad determinan el tiempo del que disponemos para acercarnos a cada mujer. El trabajo que se realiza con cada una de las mujeres tiene tres ejes de trabajo: el personal, el social y el formativo laboral.
La convivencia en los permisos. Es uno de los ejes principales del trabajo. La casa en sí misma es un espacio de intervención que favorece y facilita el establecimiento de relaciones interpersonales y de comunicación. Se cuida mucho que exista un clima de tranquilidad y serenidad que ayude a las mujeres a superar la ansiedad, el nerviosismo y la desconfianza que traen al salir de la prisión.

Con la financiación de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid

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