Cultivándo-te, dos años después
Los comienzos son difíciles, y arrancar el taller de Cultivando-te en Brieva, ha sido un esfuerzo constante y una pelea contra los elementos. Cuesta mantener las ganas de unas mujeres que viven una situación vital muy complicada en un entorno muy extremo.
A pesar de ello, y después de dos años, hemos conseguido tener un grupo estable, comprometido, con capacidad de aprender y con avances visibles y reales, que nos llenan de orgullo casi tanto como a ellas.
Pero en esta ocasión, no queremos contaros nosotras, queremos que sean ellas mismas las que os cuenten su experiencia en el taller:
“La tranquilidad y el estar haciendo cosas que nunca he hecho. Me produce paz interior”
“Me produce mucha energía, con ganas de seguir aprendiendo. Mucha alegría, me llena física y mentalmente. Luego que sabes a dónde van estas pequeñeces aún te hace sentir grande. Me han encantado todos los tipos de cambio que hemos tenido, muy positivos y nada fáciles. Más ganas de aprender de los profesionales, para mí ha sido mi salida aquí”
“Me he sentido útil”
“Es mi liberación total, me ha aportado tranquilidad, me gusta y me invade de todo, me gusta porque aprendo de todo y me libero, es mi momento de paz, me gusta porque se me hace más corto el día”
“Para mí, al gustarme todo tipo de trabajos con madera y manualidades, es mi libertad mental, me siento siempre genial, feliz después del taller”.